Algunas prácticas gitanas tuvieron un origen sencillo, fruto del contacto constante con la naturaleza, que siempre ha caracterizado la vida nómada de este pueblo.
Para los gitanos, las hormigas siempre han sido un símbolo de trabajo metódico y perfecto, sin desviarse de los objetivos del grupo. Así es como creen que las personas deben estar en su trabajo, pero que esto no debe ser una tarea unilateral. Los que trabajan merecen y necesitan reconocimiento. Para conseguirlo, este talismán siempre ha sido muy poderoso entre los gitanos:
Consigue una medalla con la figura de una hormiga o manda a hacer una, en oro o plata, no importa el tamaño, llevándola siempre entre la garganta y la altura del corazón, pero sólo cuando estés en el trabajo.
Nota: Los gitanos solían usar un talismán hecho con un frasco pequeño, con vino y hormigas grandes, para usar como simpatía.