Con independencia de su belleza, la amatista era portada por las propiedades mágicas y protectoras que concedían a sus portadores, se entendía como una piedra muy poderosa y protectora.
Hoy en día, se sigue viendo como una piedra especial, puesto que se tiene como un tranquilizante natural que bloquea todas las energías negativas que nos rodean, ayuda a liberar tus pensamientos durante la meditación, y ayuda a la asimilación de nuevas ideas y sentimientos. La amatista nos aporta serenidad emocional, sentido común, potencia la motivación y la memoria. A nivel corporal y sanador, esta piedra resulta perfecta a la hora de aliviar ciertos dolores, originados tanto por tensiones físicas, psicológicas y emocionales, ayudando a bloquear el estrés geopático. Es un instrumento que conecta nuestro lado espiritual, emocional, mental y físico, limpiando nuestra aura y aportando energía positiva. Se recomienda dejar una punta de esta piedra de la almohada en caso de querer o necesitar mejorar la calidad del sueño.